CAMBIO DE PIEL

¿Es Nicole Kidman un maniquí? ¿Lo fue siempre y a lo largo de sucesivas intervenciones quirúrgicas ha ido liberando sus rasgos plásticos de una epidermis demasiado dura? Hoy, en «Je suis vivant et vous êtes morts«, volvemos a contar con un ser -supuestamente- de carne y hueso. 

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Si en la cruzada contra el botox, las actrices británicas abanderan la defensa de la arruga (como también de modo sutil,  casi imperceptible, han defendido a menudo la cruzada del vello facial), Nicole encarna la belleza del artificio, de lo imposible. En esa frente aristocrática y diamantina, en esos pómulos tridimensionales que amortiguan el choque de lo real, se condensa la aspiración a ser, no tanto sobrehumana, como plástica. Nicole se muda de piel y tras lijarla y alisarla, nos descubre que el triunfo es convertirse en tu propio objeto de consumo.

Y porque Nicole no sólo te obsesiona a ti, disfruta aquí de esta perla de Querido Antonio.

PD: amigos, lectores, merodeadores diversos, sigo sin router y lo que es más doloroso, abandonada por parte de los extraños, que me niegan su bondad, en forma de wi-fi libre. Espero recuperar mi autonomía digital a lo largo de esta semana, si los hados tecnológicos me acompañan. En estos momentos, os escribo desde el locutorio Dakar, un lugar fértil para la imaginación, tanto por su nombre, como por su ambiente. Ahí lo dejo, para que os inspire.